A partir del segundo trimestre, el precio del cobre perdió el impulso alcista registrado durante los primeros meses del presente año, que llevó la cotización diaria del metal a situarse en US$ 4,92 la libra (mayo). Cabe recordar que en el periodo enero-mayo, el impulso alcista fue gatillado por la reducción de oferta de cobre por parte de algunos productores mineros y, el anuncio (marzo) de un grupo de fundiciones chinas para reducir la producción, debido a la extrema escasez de concentrados de cobre en el mercado spot. Esto llevó a los inversionistas en bolsa de metales a apostar fuertemente por un alza en el precio del metal.
A pesar de que las perspectivas a largo plazo para la demanda y precio del cobre se mantienen sin cambios relevantes, en el corto plazo la debilidad macroeconómica de los principales países consumidores, la postergación del inicio del ciclo de reducción en la tasa de política monetaria por parte de la FED, incertidumbre geopolítica y la acumulación de inventarios en el mercado asiático, han debilitado las expectativas de demanda de corto plazo y, consecuentemente, el precio anotó una corrección de nivel, aunque se mantiene sobre los US$ 4 la libra.
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